The Fort Worth Press - Suiza: Bolsa y precios Bajos

USD -
AED 3.672498
AFN 66.374624
ALL 82.891062
AMD 382.105484
ANG 1.790055
AOA 917.000265
ARS 1446.111798
AUD 1.509457
AWG 1.80125
AZN 1.69945
BAM 1.678236
BBD 2.018646
BDT 122.628476
BGN 1.678398
BHD 0.376991
BIF 2961.256275
BMD 1
BND 1.297979
BOB 6.925579
BRL 5.31099
BSD 1.002244
BTN 90.032049
BWP 13.315657
BYN 2.90153
BYR 19600
BZD 2.015729
CAD 1.394565
CDF 2229.999854
CHF 0.803415
CLF 0.023394
CLP 917.729983
CNY 7.07165
CNH 7.067635
COP 3796.99
CRC 491.421364
CUC 1
CUP 26.5
CVE 94.616395
CZK 20.762402
DJF 178.481789
DKK 6.410465
DOP 63.686561
DZD 130.081006
EGP 47.5783
ERN 15
ETB 156.280403
EUR 0.85828
FJD 2.261962
FKP 0.750125
GBP 0.749325
GEL 2.702059
GGP 0.750125
GHS 11.416779
GIP 0.750125
GMD 73.000012
GNF 8709.00892
GTQ 7.677291
GYD 209.68946
HKD 7.78435
HNL 26.389336
HRK 6.462502
HTG 131.282447
HUF 327.919498
IDR 16652
ILS 3.231155
IMP 0.750125
INR 90.007498
IQD 1312.956662
IRR 42124.999891
ISK 127.879701
JEP 0.750125
JMD 160.623651
JOD 0.709011
JPY 154.910502
KES 129.349486
KGS 87.449585
KHR 4014.227424
KMF 421.999977
KPW 899.992858
KRW 1471.139743
KWD 0.30686
KYD 0.83526
KZT 506.587952
LAK 21742.171042
LBP 89752.828464
LKR 309.374155
LRD 176.902912
LSL 17.013777
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.447985
MAD 9.247548
MDL 17.048443
MGA 4457.716053
MKD 52.892165
MMK 2099.902882
MNT 3550.784265
MOP 8.035628
MRU 39.710999
MUR 46.070097
MVR 15.409729
MWK 1737.95151
MXN 18.21685
MYR 4.1095
MZN 63.902189
NAD 17.013777
NGN 1450.250119
NIO 36.881624
NOK 10.105016
NPR 144.049872
NZD 1.732875
OMR 0.3845
PAB 1.002325
PEN 3.37046
PGK 4.251065
PHP 58.994993
PKR 283.139992
PLN 3.62913
PYG 6950.492756
QAR 3.663323
RON 4.369801
RSD 100.749025
RUB 75.955865
RWF 1458.303837
SAR 3.752867
SBD 8.223823
SCR 13.590725
SDG 601.501691
SEK 9.412745
SGD 1.295395
SHP 0.750259
SLE 22.999848
SLL 20969.498139
SOS 571.823287
SRD 38.643498
STD 20697.981008
STN 21.023817
SVC 8.769634
SYP 11056.894377
SZL 17.008825
THB 31.864504
TJS 9.210862
TMT 3.5
TND 2.941946
TOP 2.40776
TRY 42.528197
TTD 6.795179
TWD 31.256047
TZS 2439.99956
UAH 42.259148
UGX 3553.316915
UYU 39.265994
UZS 11939.350775
VES 248.585901
VND 26362.5
VUV 122.113889
WST 2.800321
XAF 562.862377
XAG 0.017228
XAU 0.000237
XCD 2.70255
XCG 1.806356
XDR 0.70002
XOF 562.867207
XPF 102.334841
YER 238.399242
ZAR 16.93296
ZMK 9001.196253
ZMW 23.026725
ZWL 321.999592

Suiza: Bolsa y precios Bajos




Suiza se ha convertido en la “excepción europea” de la inflación: tras el repunte global de 2021-2022, los precios volvieron a situarse de forma sostenida dentro del objetivo del banco central y, a 19 de junio de 2025, la tasa oficial regresó al 0%. En redes y tertulias se ha extendido un eslogan: “Suiza elimina la inflación comprando acciones”. La realidad es más matizada —y bastante más interesante—: sí, el banco central suizo (SNB) invierte una parte relevante de sus reservas en renta variable global, pero su arma antiinflación fue, sobre todo, la fortaleza del franco y un giro de la política monetaria a tiempo. 

¿Compra de acciones para frenar la inflación?
La SNB gestiona unas reservas en divisas extraordinariamente grandes para un país de su tamaño. Para diversificarlas y mejorar su rentabilidad a largo plazo, mantiene una exposición estratégica a renta variable (acciones) de aproximadamente una cuarta parte del total. Esa asignación —pasiva y ampliamente diversificada por países y sectores— existía antes de la subida de precios y se ha mantenido estable en los últimos años. Su propósito no es “estimular” la economía doméstica ni “apagar” la inflación, sino gestionar riesgos y preservar poder adquisitivo de las reservas. 

Conviene subrayarlo: las compras de acciones de la SNB no son compras de empresas suizas con francos recién creados para empujar los índices locales; son inversiones en activos extranjeros realizadas con divisas previamente obtenidas en el marco de su política cambiaria. Por sí mismas, no trasladan dinero nuevo a la economía doméstica ni contienen mecánicamente la inflación.

La palanca que sí funcionó: el franco suizo
La clave del “milagro suizo” ha sido el tipo de cambio. Cuando la inflación importada empezó a presionar en 2021-2022, la SNB permitió que el franco se apreciara y, desde la segunda mitad de 2022, vendió divisas (reduciendo reservas) para reforzarlo. Un franco más fuerte abarata las importaciones (energía, bienes intermedios) y atenúa el traslado de los shocks internacionales a los precios internos. Esta decisión, combinada después con subidas de tipos desde junio de 2022, frenó el pico inflacionario con mucha menos intensidad que en la zona euro. 

En 2024, con la inflación ya dominada, la SNB apenas intervino en el mercado de divisas; la fortaleza del franco y la moderación de los costes energéticos mantuvieron las presiones a raya sin necesidad de grandes compras o ventas. 

De la subida a los recortes: política monetaria creíble
Tras reaccionar con rapidez en 2022, la SNB inició recortes graduales cuando la inflación volvió de forma persistente al rango objetivo. El 19 de junio de 2025, redujo la tasa al 0%, señal de que la presión de precios estaba no solo contenida sino, por episodios, negativa en primavera de 2025. Esta secuencia —subir pronto, recortar cuando toca— ancla expectativas y evita que salarios y márgenes empresariales entren en una espiral de segunda ronda. 

Entonces, ¿qué papel juegan las acciones?
La cartera de acciones de la SNB —alrededor del 25% de las reservas— no “apaga” la inflación. Cumple otras funciones:
Diversificación y rendimiento: reduce la dependencia de los tipos de interés externos y, a largo plazo, genera rentas por dividendos y plusvalías que estabilizan el balance del banco central. 

Gestión del balance: tras años de intervenciones cambiarias, la SNB transformó gran parte de las divisas acumuladas en una cartera mixta (bonos + acciones) para equilibrar riesgo y retorno. Cuando la inflación repuntó, la respuesta no fue “comprar más acciones”, sino apreciar el franco y subir tipos. 
BIS

Señal de prudencia: mantener estable la asignación a renta variable transmite previsibilidad a los mercados y evita que la política de reservas se confunda con objetivos coyunturales de demanda interna.

Los resultados visibles
Inflación baja y estable: en 2024 se consolidó por debajo del 2% y, en 2025, hubo lecturas puntuales negativas, lo que permitió el retorno al 0% de la tasa oficial. 

Intervenciones mínimas: con el franco fuerte, la autoridad monetaria redujo sus operaciones en el mercado de divisas durante 2024, coherente con una inflación importada en retirada.

Lecciones para otros países
-  Credibilidad y rapidez: actuar pronto contra la inflación evita “anclajes” de segunda ronda. 2) Tipo de cambio como amortiguador: en economías abiertas, dejar que la moneda se aprecie —o incluso apoyarla con ventas de divisas— puede ser más eficaz que intervenciones fiscales costosas. 3) Instituciones y competencia: un tejido empresarial competitivo y disciplina presupuestaria ayudan a que los shocks externos no se perpetúen en la cadena de precios. 4) Gestión profesional de reservas: invertir una parte en acciones no es un “atajo antiinflación”, pero mejora la resiliencia del balance del banco central y, por tanto, la credibilidad de la política monetaria.

Conclusión
Suiza no “elimina la inflación comprando acciones”. Lo que hizo fue usar el tipo de cambio y los tipos de interés con determinación, sobre un balance robusto —diversificado con renta variable— que le permitió maniobrar sin sobresaltos. La confusión nace de mezclar la política de inversión de reservas con la política de estabilidad de precios. Son piezas del mismo tablero, sí, pero cumplen funciones distintas: una sostiene el andamiaje financiero; la otra mantiene a raya los precios.