The Fort Worth Press - Conflicto aduanero: ¿quién gana?

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Conflicto aduanero: ¿quién gana?




El conflicto comercial entre Estados Unidos y China, que comenzó en 2018, ha tenido un impacto duradero en la economía mundial. Bajo el liderazgo del presidente estadounidense Donald Trump (78) y el líder chino Xi Jinping (71), se desarrolló una encarnizada guerra arancelaria caracterizada por la imposición recíproca de aranceles punitivos y contramedidas. En abril del año en curso, 2025, ambos países acordaron una reducción temporal de los aranceles: EE. UU. redujo sus aranceles sobre los productos chinos del 145 % al 30 %, mientras que China redujo los aranceles sobre los productos estadounidenses del 125 % al 10 %. Este acuerdo de 90 días se considera un paso hacia la distensión, pero aún no se ha alcanzado una solución definitiva al conflicto.

Origen y evolución
Todo comenzó en marzo de 2018, cuando EE. UU. impuso aranceles a las importaciones chinas por valor de 50 000 millones de dólares para reducir el déficit comercial y proteger las industrias nacionales. China respondió rápidamente con sus propios aranceles sobre los productos estadounidenses, lo que desencadenó una espiral de escalada. A lo largo de los años, se impusieron aranceles sobre productos por valor de cientos de miles de millones de dólares, que abarcaban desde productos tecnológicos hasta productos agrícolas y artículos de consumo. Este conflicto se convirtió rápidamente en un elemento central de la rivalidad geopolítica entre las dos superpotencias.

El acuerdo de fase uno
El acuerdo de «fase uno» de enero de 2020 supuso un hito. China se comprometió a comprar durante dos años productos estadounidenses adicionales por valor de 200 000 millones de dólares, entre ellos productos agrícolas y bienes industriales. Además, se acordaron mejoras en la protección de la propiedad intelectual y la renuncia a las transferencias forzadas de tecnología. Sin embargo, la aplicación se retrasó: China no cumplió plenamente sus compromisos de compra, lo que mantuvo las tensiones y llevó a EE. UU. a considerar nuevas medidas.

Situación actual
El acuerdo de abril de 2025 supone un nuevo intento de apaciguar el conflicto. No obstante, la situación sigue siendo frágil. China ha intensificado sus relaciones comerciales con países del sudeste asiático para reducir su dependencia del mercado estadounidense. Al mismo tiempo, EE. UU. amenaza con nuevos aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos, lo que podría reavivar la disputa. Estos acontecimientos ponen de manifiesto que la disputa arancelaria va mucho más allá de la mera política comercial y está profundamente arraigada en consideraciones estratégicas.

Repercusiones económicas
Las consecuencias económicas son palpables para ambas partes. En EE. UU., el aumento de los precios de las importaciones ha afectado a los consumidores, mientras que las empresas se enfrentan a mayores costes y a la interrupción de las cadenas de suministro. China ha registrado una ralentización del crecimiento económico, pero ha demostrado su resiliencia gracias a la diversificación de sus socios comerciales. El conflicto no solo ha afectado a las relaciones bilaterales, sino que también ha reordenado la economía mundial, ya que ambos países tratan de minimizar su interdependencia.

Conclusión: un empate sin ganadores
La disputa arancelaria entre Trump y Xi Jinping no ha tenido un ganador claro. Aunque Estados Unidos ha conseguido algunas concesiones, China ha reforzado su posición estratégica mediante la diversificación y la independencia tecnológica. Ambos países están pagando un alto precio económico y la reciente reducción de los aranceles no es más que una tregua temporal. El conflicto sigue siendo un capítulo abierto en la rivalidad entre Estados Unidos y China, sin que ninguna de las partes haya tomado la delantera.