The Fort Worth Press - La invisible y precaria mano de obra detrás de la IA generativa

USD -
AED 3.672502
AFN 66.374624
ALL 82.891062
AMD 382.105484
ANG 1.790055
AOA 916.999807
ARS 1445.826396
AUD 1.509662
AWG 1.80125
AZN 1.695795
BAM 1.678236
BBD 2.018646
BDT 122.628476
BGN 1.677703
BHD 0.377014
BIF 2961.256275
BMD 1
BND 1.297979
BOB 6.925579
BRL 5.310804
BSD 1.002244
BTN 90.032049
BWP 13.315657
BYN 2.90153
BYR 19600
BZD 2.015729
CAD 1.394875
CDF 2230.000049
CHF 0.80302
CLF 0.023394
CLP 917.730085
CNY 7.07165
CNH 7.067097
COP 3796.99
CRC 491.421364
CUC 1
CUP 26.5
CVE 94.616395
CZK 20.76375
DJF 178.481789
DKK 6.40673
DOP 63.686561
DZD 129.897998
EGP 47.520501
ERN 15
ETB 156.280403
EUR 0.857898
FJD 2.261501
FKP 0.750125
GBP 0.749325
GEL 2.700162
GGP 0.750125
GHS 11.416779
GIP 0.750125
GMD 73.000063
GNF 8709.00892
GTQ 7.677291
GYD 209.68946
HKD 7.78475
HNL 26.389336
HRK 6.462901
HTG 131.282447
HUF 328.445496
IDR 16651.7
ILS 3.235525
IMP 0.750125
INR 89.888095
IQD 1312.956662
IRR 42124.999835
ISK 127.820348
JEP 0.750125
JMD 160.623651
JOD 0.708969
JPY 154.622993
KES 129.250164
KGS 87.45021
KHR 4014.227424
KMF 422.000349
KPW 899.992858
KRW 1470.020022
KWD 0.306802
KYD 0.83526
KZT 506.587952
LAK 21742.171042
LBP 89752.828464
LKR 309.374155
LRD 176.902912
LSL 17.013777
LTL 2.95274
LVL 0.60489
LYD 5.447985
MAD 9.247548
MDL 17.048443
MGA 4457.716053
MKD 52.892165
MMK 2099.902882
MNT 3550.784265
MOP 8.035628
MRU 39.710999
MUR 46.070267
MVR 15.409735
MWK 1737.95151
MXN 18.2142
MYR 4.114026
MZN 63.897023
NAD 17.013777
NGN 1450.250279
NIO 36.881624
NOK 10.095799
NPR 144.049872
NZD 1.732802
OMR 0.384503
PAB 1.002325
PEN 3.37046
PGK 4.251065
PHP 58.991026
PKR 283.139992
PLN 3.631841
PYG 6950.492756
QAR 3.663323
RON 4.367199
RSD 100.707975
RUB 76.00652
RWF 1458.303837
SAR 3.753008
SBD 8.223823
SCR 14.340982
SDG 601.504905
SEK 9.41351
SGD 1.29484
SHP 0.750259
SLE 22.999887
SLL 20969.498139
SOS 571.823287
SRD 38.643498
STD 20697.981008
STN 21.023817
SVC 8.769634
SYP 11056.894377
SZL 17.008825
THB 31.89005
TJS 9.210862
TMT 3.5
TND 2.941946
TOP 2.40776
TRY 42.517902
TTD 6.795179
TWD 31.297984
TZS 2449.999928
UAH 42.259148
UGX 3553.316915
UYU 39.265994
UZS 11939.350775
VES 248.585902
VND 26365
VUV 122.113889
WST 2.800321
XAF 562.862377
XAG 0.017154
XAU 0.000237
XCD 2.70255
XCG 1.806356
XDR 0.70002
XOF 562.867207
XPF 102.334841
YER 238.414547
ZAR 16.960985
ZMK 9001.19956
ZMW 23.026725
ZWL 321.999592
La invisible y precaria mano de obra detrás de la IA generativa
La invisible y precaria mano de obra detrás de la IA generativa / Foto: © AFP/Archivos

La invisible y precaria mano de obra detrás de la IA generativa

Para que la inteligencia artificial generativa realice un informe de autopsia, trabajadores precarios deben clasificar e identificar miles de imágenes de crímenes. De Kenia a Colombia, los anotadores de datos son cada vez más numerosos y luchan para mejorar sus condiciones de trabajo.

Tamaño del texto:

"Tienes que pasarte el día mirando cadáveres" y "hacer zoom en las heridas" para recortarlas y ayudar a la IA a identificar estas imágenes, "sin ningún tipo de apoyo psicológico", explica a AFP Ephantus Kanyugi.

Este keniano de 30 años clasifica y etiqueta imágenes para entrenar algoritmos desde 2018. Es también vicepresidente de la Data Labelers Association, con sede en Nairobi y que cuenta con unos 800 miembros.

La organización dará a conocer en octubre un código de conducta destinado a las plataformas de anotación de datos para mejorar las condiciones de los trabajadores, ante la ausencia de una legislación que regule esta actividad en Kenia.

"Somos como fantasmas, las personas no saben que existimos, que somos los que ayudamos con el avance tecnológico", lamenta desde el otro lado del planeta Oskarina Fuentes.

Esta venezolana de 35 años, instalada en la ciudad colombiana de Medellín, trabaja para cinco plataformas de anotación de datos. Cobra entre 5 y 25 centavos de dólar por labor.

Gracias a este trabajo, a menudo invisible, los coches autónomos reconocen peatones o árboles, los robots conversacionales como ChatGPT se expresan de forma natural o los sistemas de moderación filtran contenidos violentos o pornográficos.

Y es un mercado en auge: en 2024 representó 3.770 millones de dólares, que deberían crecer hasta los 17.100 millones de aquí al 2030, según el gabinete Grand View Research.

- "Esclavitud moderna" -

La IA necesitará verificación humana "mientras siga basándose en el aprendizaje automático", dice el sociólogo Antonio Casilli, autor de un libro de investigación sobre el "trabajo del clic".

Se necesitan personas tanto en la fase inicial para preparar los datos que alimentan los modelos, como en la etapa final para evaluar la pertinencia de las respuestas.

Los gigantes tecnológicos subcontratan este trabajo a innumerables empresas.

Una de las más importantes es la estadounidense Scale AI, en la que Meta invirtió recientemente más de 14.000 millones de dólares. Entre sus clientes figuran OpenAI, Microsoft y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Los anotadores de datos suelen tener entre 18 y 30 años y reciben una remuneración muy baja, pese a tener estudios de alto nivel, señala Casilli, profesor del Instituto Politécnico de París.

Provienen en su mayoría de países con pocos recursos, aunque esta actividad está desarrollándose también en Estados Unidos y Europa, con sueldos más elevados.

A medida que suben de gama, los modelos detrás de ChatGPT de OpenAI o Claude de Anthropic necesitan especializarse en materias complejas, como matemáticas, química o idiomas poco comunes.

La web de Outlier, filial de Scale AI, propone múltiples ofertas de trabajo para expertos en biología, lengua malaya o programación en español, con remuneraciones de entre 30 y 50 dólares la hora.

En Kenia, en cambio, Remotasks, otra filial de Scale AI, paga a sus anotadores de datos alrededor de 0,01 dólares por una tarea que puede durar varias horas, según Ephantus Kanyugi.

Es "la esclavitud moderna", dice.

"La gente desarrolla problemas de visión, de espalda, sufre ansiedad y depresión porque trabaja 20 horas al día o seis días a la semana, por un salario miserable, y es posible que ni siquiera le paguen", advierte.

- "¿Cómo suicidarse?" -

Scale AI es objeto de varias denuncias en Estados Unidos. Los empleados la acusan de trabajo no remunerado, de declararlos como autónomos y de exponerlos a contenidos traumáticos sin medidas de prevención suficientes, según documentos legales consultados por AFP.

Los demandantes afirman, por ejemplo, que han tenido que abordar con una inteligencia artificial cuestiones del tipo "¿cómo suicidarse?", "¿cómo envenenar a alguien?" o "¿cómo matar a alguien?".

La empresa se ha negado a comentar las demandas en curso, pero reconoce que algunos proyectos destinados a crear modelos de IA seguros pueden incluir contenidos sensibles.

Scale AI asegura que siempre avisa con antelación a los trabajadores y que estos pueden interrumpir una tarea en cualquier momento. También menciona programas y recursos dedicados a la salud mental y una línea de atención telefónica anónima.

Según la compañía, ofrece una escala de salarios transparente, con tarifas iguales o superiores al sueldo mínimo vigente en los lugares donde opera.

Estos trabajadores de la IA pueden encontrarse sin empleo, ni paga, de la noche a la mañana.

Oskarina Fuentes acusa a una de las plataformas que la empleaba de no pagarle unos 900 dólares, o sea tres meses de trabajo, después de una actualización de su sistema de pago.

"Perdí mi tiempo, mi esfuerzo, mi sueño", afirma.

No puede nombrar cuál era su empresa porque firmó un acuerdo de confidencialidad, una práctica frecuente en esta industria que condena al silencio a la mayoría de trabajadores del clic.

En Kenia, la Data Labelers Association contempla llevar ante la justicia a Remotasks, a raíz de las acusaciones de varios trabajadores de que en marzo de 2024 interrumpió el acceso a su plataforma sin pagarles el dinero que les debía.

La empresa matriz Scale AI admite una reducción de su actividad en Kenia, y afirma haber cerrado cuentas de anotadores por infringir sus normas internas. Pero asegura que se remuneraron las actividades realizadas.

Microsoft y Meta rechazaron contestar a las preguntas de AFP sobre sus relaciones con Scale AI. El Pentágono no respondió.

En el caso de Anthropic colabora con SurgeAI, una empresa emergente de anotación de datos también demandada en Estados Unidos.

El gigante de la IA afirma que exige a sus subcontratistas que sigan las normas relativas al bienestar de los trabajadores a cargo de contenidos sensibles y que establezcan una tarifa equivalente o superior a 16 dólares por hora.

OpenAI asegura que cuenta con una normativa estricta para sus colaboradores en materia de seguridad en el trabajo, remuneración equitativa, no discriminación y respeto de los derechos de los empleados. Si no se respeta este código, el creador de ChatGPT lo considera un incumplimiento de contrato y toma las medidas oportunas, afirma.

- "Salarios justos" -

Sin embargo, los trabajadores del clic, que en su mayoría trabajan por cuenta propia o con contratos de corta duración, a menudo carecen de protección social, recuerda el sociólogo Antonio Casilli, quien los califica de "subproletariado digital".

En Kenia, el futuro código de conducta de la Data Labelers Association, al que ha tenido acceso AFP, pretende establecer un contrato de trabajo con una "remuneración justa", garantizar la libertad de asociación, el derecho a descansos y a un apoyo psicológico en caso de exposición a contenidos nocivos.

Pero estas reivindicaciones pueden convertirse en un tira y afloja con las empresas.

En Estados Unidos, cerca de 250 personas que trabajaban para GlobalLogic, un subcontratista que entrena la IA Gemini de Google, fueron despedidas en septiembre después de que varios empleados denunciaran las diferencias salariales y trataran de obtener mejores condiciones.

"Quieren anotadores de datos sumisos", denuncia Andrew Lauzon, de 31 años, que trabajaba para GlobalLogic desde marzo de 2024 y fue despedido el 12 de septiembre.

Miembro del sindicato Alphabet Workers Union, este oriundo de Boston reclamaba junto con otros compañeros "salarios justos", "días libres" y "una cobertura médica asequible".

GlobalLogic, contactado por AFP, no quiso hacer ningún comentario.

Un portavoz de Google señaló que "como empresa, GlobalLogic es responsable de las condiciones laborales de sus empleados".

El grupo afirma que exige a sus subcontratistas, adherirse a una normativa, un trato justo y equitativo para sus trabajadores. Y asegura que realiza auditorías periódicas para verificarlo.

"Los gigantes tecnológicos no pueden construir el futuro sobre una mano de obra desechable", insiste Christy Hoffman, secretaria general de la federación sindical internacional UNI Global Union, que publicó a principios de octubre un estudio sobre los trabajadores bajo la sombra de la IA.

"Es hora de que los titanes de Silicon Valley sean responsables de las condiciones laborales en su cadena de subcontratación", añade.

El trabajo del clic sufre sobre todo de una falta de marco jurídico.

En Europa, pese a la aprobación de una amplia normativa sobre inteligencia artificial, siguen existiendo "lagunas", afirma la eurodiputada francesa de izquierda radical Leïla Chaibi.

"No hay ninguna mención a los trabajadores del clic en el reglamento sobre la IA", señala.

Y todo ello teniendo en cuenta que millones de personas realizan este trabajo, esencial para el desarrollo de esta nueva tecnología.

"Si eres carpintero o fontanero, hay sindicatos y un salario mínimo", recuerda Nacho Barros, de 54 años y residente cerca de Valencia, en España, que comenzó a anotar datos durante la pandemia.

"Este trabajo también debería ser reconocido por todos los países como un empleo en toda regla".

M.Cunningham--TFWP